lunes, 18 de marzo de 2013

Actualización Gorrinazo de esta semana pasada

Caídas de la semana pasada, el jueves Pedro danzó sobre el barro, Santos no ha visto la peli El último escalón y Cañadas hizo un remake de la caída de Leo en el escalón de la senda del camping.

Pedro Rizos 250

Juan Santos 250

Cañadas      250

jueves, 14 de marzo de 2013

Circuito BTT Cuenca 2013

Chavalotes, ya está abierto el plazo de inscripción al circuito de Cuenca. Si pinchas en inscripción te lleva a la página para inscribirte.

El plazo es desde hoy 14 de marzo, para el que no lo sepa, hasta el 3 de abril.

No lo dejéis para el último día.

lunes, 11 de marzo de 2013

Inmortales 2013

Después de tanto tiempo sin hacer una crónica de una marcha, vamos a intentarlo lo mejor posible. A las 6 de la mañana me recoge Mundo y Ángel y salimos zumbando para Caudete. En la estación de La Encina nos esperan los albarrobles y Villa. Nos ponemos al día mientras echamos un cafelete y cogemos el camino rural que nos lleva a Caudete. Ya se veía la cuestecica de los molinos y se veían como batían las aspas de la fuerza del viento. 

Aparcamos los coches como podemos y autógrafo de recuerdo para recoger el detalle, bote de aceite, gorro pasamontañas y un llavero de recuerdo de la décima edición de La Inmortal. Nueda y el resto de compañeros de Las Dos Ruedas se han liado un poco para llegar y al final los hemos visto ya he Caudete.

Se acerca la hora, calentamos por la zona un poco para ir a colocarnos los últimos del pelotón, para que vamos a estar chafando horquilla, el recorrido te ponía en tu sitio en los primeros doce kms. Alfonso y Javi se vienen atrás con nosotros (Mundo, Nueda, Ángel, Emilio, Jota, Bruno y Pedro Montejano), Juancho en su corralito como buen gallito (que está fuerte, el jodio).

Salida y poco a poco vamos avanzando, se nota que es una maratón y la gente no sale tan fuerte, nada más coger el camino asfaltado Ernesto de BTT La Medusa, nos llama la atención y charlamos un ratejo. Voy mirando de reojo el pulsometro, 165 ppm, malo, charlando y ya vamos así, el camino asfaltado va picando pero no me esperaba tener tantas pulsaciones tan pronto. Subimos un poco, Mundo, Ángel y yo y giramos a la izquierda por la pista que nos lleva al principio de los molinos, a 500 m. ya se ve que la cosa se empieza a endurecer. Javi, Nueda, Villa y Alfonso van a su chano, junto con los compañeros de Las Dos Ruedas.


Una curva de izquierdas nos enseña la subida, se ve toda tiesa, molino tras molino, las pulsaciones no bajan de 180, si, lo confieso, me he pasado dos horas en zona 5, me he cargado cuatro meses de entrenamiento, pero eso es otra historia. Juancho se ha dejado caer y lo hemos alcanzado, pero Ángel tiene que llevar su ritmo. Así que, los tres (Mundo, Juancho y yo) hacemos grupeta para subir los dichosos molinos. El viento hace acto de presencia, antes arropado por el pelotón apenas se notaba, ahora la gente se va quedando y notas como las rachas de viento te mueven la bici.

Con las pulsaciones desbocadas vamos subiendo y adelantando posiciones. Por suerte, nos encontramos con unos metros de falso-llano, que nos permiten respirar y tomar fuerzas, cae el primer plátano. Llevamos aproximadamente una hora subiendo y aún queda lo peor, curva a la derecha y toma más subida, más desnivel, más viento... Menuda bofetada que nos da el aire, las hélices dan miedo escucharlas, así que amorramos la cabeza y a pedalear que ya queda poco.

Senda a la derecha de bajada, ciclable 100%, aunque se nota que hay por ahí gente con bici nueva que no quieren estrenarla todavía, y bajan con mucha precaución :), no les culpo, yo también lo haría. Poco a poco, la senda pasa a ser camino y giramos a la derecha por otro camino con el viento de culo. Ángel, junto con Alfonso, se unen a nosotros. El equipo de los leones se ha reunido de nuevo, como diría algun biker más adelante.

La pista es rápida con el viento a favor hasta que llegamos un cruce a derechas y cogemos un camino roto que está hecho una pena, aquí nos volvemos a separar de Ángel, hasta que llegamos de nuevo a la pista que hemos subido de los molinos y vemos, a nuestro pesar, que están recogiendo el cartel de avituallamiento, en el km 20 y a mitad de grupo se han quedado sin existencias. Error garrafal.


Bajamos por la pista que hemos subido a altas velocidades, mi cuenta marca 69 km/h de máxima, el viento favorable nos hace ir como motos, aunque otro error de la organización, esta vez de señalización, una curva de derechas a altas velocidades con gravilla, no hay quien te avise si quiera de curva cerrada, muy cerrada, con un quitamiedos que te hace de catapulta si te estrellas contra él. Para colmo de males, la supuesta persona que tenía que estar ahí, estaba socorriendo (muy bien, hace lo que tiene que hacer) a una mujer con unos niños que había perdido el control del coche. En un lugar tan peligroso deberían haber previsto que si esa persona faltaba por un accidente como fue el caso, debería haber una señalización que te avisara del peligro. Siguiendo con el cúmulo de fatalidades, seguimos bajando y nos encontramos a varios vehículos de urgencias en sentido contrario. Juancho y Alfonso se adelantan pillando rueda de un grupo que nos pasa con más decisión de la que llevamos nosotros entre los coches.

Con todo esto, Ángel nos alcanza y bajamos lanzados hacia Caudete, pero sorpresa, antes de llegar, giramos a la derecha y me toca tirar de grupeta hasta Caudete, un par de kms que me queman, paso de hablar del pulsómetro, porque sigue sin bajar de 180 ppm, ayer la patata trabajo de lo lindo, para mi sorpresa y sin fallar :]. Volvemos a agruparnos los cinco y nos meten por una rambla llena de arena y barro, genial, a mitad de senda me piden un eslabón automático y siempre que se puede ayudar, pues se ayuda a quien sea. Llegamos a los toboganes del año pasado, cinco toboganes de subida durísimos que no puedo subir, ni el primero ni el tercero. Uy, los calambres me dan pequeños avisos, mal asunto. Así pasamos por meta con tres horas, pa flipar.

Llevamos 45 kms y seguimos sin ver un avituallamiento, tiro de barrita o de plátano, no me acuerdo, creo que los demás aprovechan para comer algo y empezamos a subir por caminos rotos. Por suerte, encontramos un avituallamiento, que parecía más un puesto de fruta del mercado a las dos de la tarde, vamos que no le quedaban ni las cascaras casi (he exagerado un poco :) coge varios trozos de plátano y me como otros dos. Paro lo justo y sigo avisando a los compañeros de mis calambres y que no puedo perder mucho tiempo de pie que si no, no llego a meta. Así que poquito a poco sigo subiendo por el camino roto ese. Los demás descansan algo más, excepto Mundo que me sigue.

El camino se convierte en senda y veo como Mundo puede pasar sin problemas los escalones y yo tengo que ir andando, mal para mis isquiotibiales que nada más pasar unas rocas me recuerdan que los estoy forzando, hecho mano de un trozo de plátano e intento pillar a Mundo que va un poco por delante. Voy penando, pero estoy convencido que puedo terminar, mientras se van acercando Ángel, Alfonso y Juancho que parece que va de paseo. Cuando ya creo que vamos a empezar a bajar, que ingenuo, recuerdo la cuesta de cemento, y las sendas rompepiernas, con toboganes imposibles. Los geles ya han caído y quedan 15 kms, estoy muy jodido de piernas, por el contrario la patata va de lujo, pero los calambres vuelven a apretar un poco después de se unan Alfonso y Juancho.

Mundo me da una glucosa del decatlon y le digo que no puedo más, pruebo a llevar cadencia y me aprieta más el músculo, se me sube a la entrepierna, el jodio. Así que como sabía que si no era llevar cadencia era ir atrancado, bajo piñones y le digo a Mundo que no puedo parar  que como pare me quedo en el sitio. Sin querer dejo a Mundo con Juancho y yo pongo mi ritmo, poco más atrás Alfonso y Ángel nos siguen.

Adelanto mucha gente con mis mismos problemas, algún accidentado en una ambulancia y otro que no sabía que hacer con un biker con calambres, temo tener que bajarme de la bici, y lo tengo que hacer en un par de veces, por suerte, los calambres me están respetando. Juancho me pilla y se pone a tirar de mi, me da un par de glucosas, por si llevaran magnesio para los calambres.

Al dar un giro por fin se ve Caudete, pero queda el tramo de rambla con arena (que bien cadencia para mis calambres) y barro y los cinco toboganes de subida y otros tanto de bajada. No sé si me ha podido más la cabeza que las piernas, pero en la arena he ido atrancado y la he podido pasar sin sustos y los toboganes los he subido todos (con un par) me he quedado flipao. 200 m. antes de meta paramos para esperar a los compañeros. aprovechamos para estirar. Llega Mundo a los diez minutos y sin aire va para meta, lo seguimos y nos vamos con él. 5 h. y 10 min., a los minutos llegan Alfonso y Ángel.



Volamos al coche para ducharnos y comer en el catering, que por cierto, a mi me ha gustado mucho. Vemos a los de Las dos ruedas y nos comentan sus desventuras con el tiempo de corte, Javi lo sabe mejor que yo que ha hecho el recorrido con Jota y compañía.

Mañana, cuelgo la foto de Javi, ahora pondré las que me ha pasado Alfonso. Si el año pasado la organización me pareció muy buena este año, ha tenido dos errores garrafales, aunque bueno, el primero, de señalización ha sido por la desgracia del accidente del vehículo, la falta de previsión de alimentos solido y líquido en el primer avituallamiento y dejarnos vendidos a partir del km 48, sin ningun avituallamiento más hasta el los 74 kms y pico que me han salido me parece que es demasiado. Desde luego como inmortales no nos hacía falta comer ni beber, me cachis.



Personalmente, pienso que ha sido muy duro, para la preparación que llevo, por todos los atenuantes, mucho viento, mucho desnivel, mucho viento, sin avituallamientos, mucho viento, con calambres, mucho viento :]

Esta es mi visión del maratón, seguro que el resto de robles tienen la suya. Por cierto, enhorabuena a Juancho que está como un toro.

viernes, 8 de marzo de 2013

LA INMORTAL 2013 - X edición







La prueba de Caudete recupera toda su esencia y se vuelve a enrollar en el calendario del exitoso evento albaceteño. La ruta será por tanto larga y exigente. Serán más de setenta kilómetros los que tengan que superar los esmerados ciclistas, transcurriendo por pistas forestales y sendas de gran atractivo medioambiental que atravesarán los parajes naturales de la Toconera y Sierra Santa Bárbara. Destacar también el ascenso al parque eólico con cima a 1100 metros de altitud. Esto se producirá en el kilómetro doce de la prueba, por tanto cabe prever que los primeros kilómetros servirán para ubicar a cada ciclista en la parte del pelotón que le corresponda. A continuación terreno en bajada que servirá de antesala a un perfil exigente y rompepiernas, donde se alternarán los sube-baja y donde los kilómetros acumulados empezarán a hacer mella en la totalidad de los participantes, que podrán avituallarse en los kilómetros veintidós y cuarenta y siete. Significar también, que como viene siendo habitual en todas las citas del Circuito, habrá un recorrido alternativo menos exigente, que constará de veintiséis kilómetros y que saldrá una hora más tarde que el largo, será concretamente a las diez de la mañana cuando los integrantes de esta otra alternativa, “echen” a rodar por los parajes más espectaculares de la geografía caudetana. (Fuente: Prodepor)

Remembers

domingo, 3 de marzo de 2013

Rutón Xtreme Bike Team en Tobarra (pese a los recortes en cerveza)

Tobarra 2013: en 1ª línea de salida, como siempre.
Faltan Juan F. Repullo, Juancho y Juan Ángel, que estaban echándole a las gallinas.

Son las 7 en punto y en el bar de Josete cae el segundo café de la mañana (y el tercer o cuarto retortijón de tripas). Repullo, Cañadas, Juan Santos y un servidor de ustedes (Paco) estamos preparados para mojarnos en Tobarra. Al menos eso indicaba la meteo de Maldonado a las 6. A las 8:30 nos juntamos con Juancho en el pueblo del albaricoque: tercer café, quinto retortijón. Como legítimo representante de la gran nación de El Bonillo hace acto de presencia el amigo Juan Ángel.

Tenemos una hora antes de que suene el pistoletazo: ¿me pongo el bajo-casco?; ¿me he traído las pantorrilleras?; "nosotros hemos olvidado el chubasquero"; Juancho, con cara de poema trágico: "No os vais a creer lo que me pasa: el candado se ha desprogramado y no consigo sacar la bici." O sea, lo de siempre. Se arregla la cosa y nos ponemos en la salida, también como siempre, los últimos (de 700, estaríamos por el 600), salvo Juan Repullo y Juancho que tienen gallinas en propiedad (lo que viene siendo corralejo). De Juan Ángel no sabemos nada (¿no se habrá ido a mear y se habrá jodio una muñeca?).

Chin-pum y pin-pan que nieva por las calles de Tobarra (¿esto no era neutralizado?) La organización acierta y mete un montón de km de camino en ligera subida para ir estirando la cosa y poder adelantar a los de las gallinejas (las pequeñas, las americanas, que los de las otras deben andar ya por Totana). Cañadas, J.Santos y Paco metemos paellera y adelantamos a cuantos podemos antes de que empiece la fiesta: a ojo de buen cubero, pasamos a unos 300. En éstas, vemos alguna caída que otra (una muy fea, que el chaval tenía una raja en los cuadriceps fea-fea).

El cielo está gris y puede pasar de todo pero, de momento, el suelo está compacto y no cae ni gota. Por supuesto, frío ya no tenemos, ninguno. Los primeros 23 kms son de subida pero, como nos grita algún anónimo amigo: "Troyanos: ahí, ahí, a rodar, que está para vosotros" (o algo así, pijo). A lo lejos vemos ese precioso windtex con el gorrino que tan a gala -y con tanta prestancia- portamos: "¿Repullo?". No veas como va el amigo. Pues... plato, tranca y a por él.

Llegamos a las primeras sendas y el terreno está especial: húmedo y duro, para divertirse (Ummm, como en eso que tanto nos gusta). Entre tanto, sendas divertidas a manta, alguna bajada pistera a más de 50 km/h y subidas cortas que no llegaban a dejarnos sin resuello. Ah! y uno que, de vez en cuando, iba detrás gritando: "esperad al muchacho, pijo". Antes de esto, Jose Cañadas y Juan Santos tienen un toquecico y no se ponen a hacer genuflexiones de milagro.

Nos metemos en la rambla y, a pesar del aviso previo de barrizal peligroso y piedras húmedas, la cosa está de vicio. Alguna raiz húmeda (esto de la humedad me lo voy a tener que hacer mirar ya) con la que tener cuidado y poco más. Estamos disfrutando y estamos fuertes (y esto, sin ser de El Bonillo ni ná). Otro montón de sendas por un pinar y sigue sin llover y con el terreno al 100% apto para el disfrute del personal.

¡Avituallamiento! ¿Paramos? ¡Pa qué! Más sendas chulacas, picando hacia abajo de vuelta a Tobarra y sintiendo ya, con pena-penica-pena, que el festival está tocando a su fin. ¡Con la buena mañana de bici que ha quedado! Salimos del monte y le metemos mano a los últimos km de camino: plataco y el que tenga gónadas que se arrime. Decidimos parar un poco la locomotora para bajar cuarto-y-mitá las pulsaciones antes de la subida al reloj.

¡La temida subida al reloj! Tanto oir hablar de ella que, como suele suceder, luego no era tanta cuesta (ni tan húmeda ella) Empinada está, claro, pero es corta y con prudencia se sube sin ningún problema. Además, está llena de gente animando y esto, como dicen los críos de mi instituto "mola mazo; sí o qué". Cañadas, como buena persona que es (¡si hace el pan nuestro de cada día el hombre!), me avisa de que tenga cuidado con las piedras en la bajada, que es técnica y ¡por si están húmedas! Las piedras, estár, están. Pero, como también suele suceder (también con las piedras) ni húmedas, ni nada de nada. Lo que están es para disfrutar a manta. Así las cosas, oye, que jode que se acabe la trialera, leñe.

Cañadas y yo decidimos entrar de la mano (pero sin humedad, eh, que luego en el pueblo se sabe tó) para la foto de meta. Al minuto escaso llega "el muchacho", o sea Juan Santos y, en segundos, Juan Repullo. Juancho, por lo que nos comenta, ha llegado hace unos minutos, que para eso se ha comprado una bici con las ruedas muuuu gordas y tiene gallinejas en propiedad. Al momento nos hemos encontrado con Juan Ángel que, como buen nacionalista, llega y aparece cuando a él le da la gana.

Duchica calentica y aseos con calefacción ("This pay the bill", o lo que viene siendo "por esto y el rutón, merece la pena el madrugón"). Volvemos al pabellón en busca de cerveza y... ¡Oh, no! ¡Tragedia mundial! ¡El fin está cerca! Todavía falta por llegar un mogollón de peña y ya no hay cerveza ni un panchito con el que entretenerse hasta que terminen el arroz (por lo visto, en otra media hora más). Así que, abrazamos a los compañeros (putada grande no echar una fresca con Juancho y Juan Ángel) y vuelta para el pueblo. Menos mal que Josete (Noblevilla) tenía unas jarras fresquitas y unas viandas de acompañamiento. Bueno, vaaaale, y también unos chupitejos de orujo, pero sólo por prescripción farmacéutica, para reponer glucógeno.

¡Y esto es todo, amigos! Para la próxima estáis más pendientes, que os habéis perdido un rutón ¡con la humedad justa!
¡Salud!
Paco.