Gran mañana de mountain bike en Fuentealamo, después de un viaje desorganizado hasta Fuentealamo, tres coches y casi tres caminos para llegar :), y tomar café en Pétrola.
para salir de la rutina hoy no nos hemos colocado los últimos de cuatrocientos y pico participantes en una marcha muy dura. Pero empecemos por el principio.
Una mañana calurosa, más de lo que esperaba ya que no me he echado la camelback, grave error. La salida a las diez en punto ha empezado cuesta abajo lanzados detrás del coche neutralizador que habría la carrera.
Giro a la derecha y empezamos a coger pistas polvorientas. Josema marca el ritmo y Balbino, Mundo y yo lo intentamos seguir como podemos, hay muchos bikers y hay que ir con cuidado, el terreno pica principalmente para abajo y las curvas se le quedan pequeñas a algunos. Por detrás Juan, Alfonso y Javi van a su aire.
Esta pista tiene un par de repechos; el primero nos permite adelantar a un chorro de payos :) y la siguiente hace bajar de la bici a más gente de lo que parece. En ese momento voy por delante con Mundo, pero se le cae el soporte de las gafas y tiene que parar. No me doy cuenta hasta que no pasan 300 m. pero no llega. Decido seguir pensando que ya me pillará.
La carrera es muy entretenida, sendas de subida, toboganes, zonas arenosas, sendas de bajada, sendas ratoneras, sendas entre pinares, todas con su dosis técnica. Paro en el primer avituallamiento a beber, comer... Mientras sigo subiendo con muchas ganas de hacer un buen tiempo. Todo va perfecto, buenas sensaciones, buen ritmo, no voy solo voy con un chaval de la zona. Joer! hasta me equivoco de camino porque voy lanzado subiendo. ¡pa flipar!
Llegamos a la bajada que nos lleva al pueblo para empezar la segunda parte de la marcha. Y que segunda parte. El año pasado paramos en el avituallamiento, rompí la cadena, en plan pachanga. Este año llevaba otro propósito y no sé por qué he cambiado con respecto al año pasado.
La subida del pueblo empiezo de menos a más, subiendo la cadencia conforme voy avanzando, solo quedan 10 km, me autoconvenzo de que puedo seguir así, cojo la senda de subida para enlazar con un camino pedregoso que sigue subiendo, poco a poco sigo adelantando corredores. Tengo que poner el plato pequeño, el ritmo de los delante es más lento que el mio, pero no puedo adelantar, subo un piñón y me adapto al ritmo de los que me rodean, hasta que al fin el camino permite adelantar y me lanzo en la recta final de la subida.
Bajamos muy cerca del pueblo y nos meten por una senda con mucha piedra y muchas placas, con toboganes bastante técnicos por las placas. Con gran satisfacción consigo pasarlos todos sin echar pie a tierra.
Bajamos por un camino que nos lleva a la siguiente subida, llegamos a los molinos eólicos, bajamos por una senda con muchísimo desnivel, ojito! Giramos a la izquierda y cogemos caminos ligeramente de subida con viento en contra, esto se pone bastante duro. Empiezo a pensar que a donde voy yo, que este no es mi sitio, que tenía que estar 20 minutos por detrás.
Pero amorro la cabeza y sigo pedaleando hasta que llegamos la senda de bajada de la rambla. Personalmente me gusta mucho esta senda, los escalones y las piedras le dan un toque técnico, aunque esté mermado físicamente no quiere decir que no me guste.
Salimos a la carretera y se pone a tirar el chico de Hellín, quiere pillar al de Tobarra, cojo su rueda y dejo que tire y que llegue delante de mí, pero asoma por detrás un tercer corredor que nos rebasa, a ese no le dejo llegar antes que yo. Se distancia unos metros, aprieto los dientes y cm a cm voy acercando hasta que en la linea de meta lo rebaso, ha sido casi de foto finish.
La carrera me gustó el año pasado y me ha gustado este, la diferencia estriva en que este año he ido más fuerte y el final se me ha hecho un poco bastante largo. La bolsa regalo, bueno, vamos a las marchas por los recorridos. La comida genial, el café estupendo y la conversación con los compañeros genial.